sábado, 21 de noviembre de 2009

Hamlet, de William Shakespeare


Desde chica habían intentado inculcarme la lectura, sin mucho éxito hasta que en el colegio nos dieron Hamlet.
Empecé a leerlo por obligación y termino siendo, aun en el presente, mi libro favorito.
Realmente no se que fue lo que produjo ese amo a primera lectura, pero así fue.
No se si es ese tipo dialogo ingles. Donde la palabras matan son sutileza. Ese tira y afloje.
El argumento para mi es genial. No hay otro parecido para mí, por ahí imitadores. No solo es el tío tomando el lugar del Hamlet en el trono al casarse con la madre, sino Hamlet haciéndose pasar por loco para descubrir la trama de la traición.
Por ahí es eso lo que me gusta, un argumento de traición.
Las dudas y los pensamiento de Hamlet. “Ser o no Ser”
También tenemos un poco de amor, porque nunca falta. La pobre enamorada Ofelia. Hamlet gritando “Yo amaba a Ofelia”.
Lo místico del fantasma del padre visitándole y pidiendo venganza.
La política, tanto en la traición como en los problemas internos, la invasión de Fortimbras, que todas terminan ligadas a la primera. La famosa frase “algo huele mal en Dinamarca”.

“El asesinato de su padre y la desenfrenada sensualidad de su madre inducen al joven Hamlet a sentirse aprisionado en un mundo de engaños y corrupción, lo que lo arrastra a un estado en el que los momentos de angustia e indecisión no le impiden llevar a término su venganza.
Hamlet, posiblemente la obra más universal de William Shakespeare, fue escrita y estrenada por primera vez en torno de 1600-1601” cúspide.com